Una periodista de Extra vivió la primera final del campeonato, desde el corazón de "la barra más arrecha del Ecuador".
Lucero Llanos, Guayaquil
"¡Prende! ¡Prende!", se escuchó, la noche del miércoles, en el graderío de la general sur del estadio Monumental y la orden se regó por el sector ocupado por La Vieja Guardia, uno de los 15 grupos que conforman la Sur Oscura, la barra más emblemática de Barcelona.
En cuanto saltó a la cancha el equipo canario, los miembros de la Vieja Guardia hicieron una pequeña pausa entre los saltos de de apoyo y prendieron los chispeadores artesanales que minutos antes se habían repartido.
Es una manera de saludar a los jugadores del Barce. El humo que producía la combustión de la pirotecnia no tenía efecto en las gargantas que con fuerza seguían cantando.
Como si se tratara de una orquesta o un coro sinfónico, "Papo", líder de Vieja Guardia, levantaba sus brazos para motivar a sus compañeros, que recitaban "con huevos" más de una docena de coplas, al ritmo de la murga.
- Volveremos, volveremos / volveremos otra vez / volveremos a ser campeones...
| "Papo", dirigiendo a la Vieja Guardia. Foto: Jorge Quimí / EXTRA |
El Ídolo jugaba aún en el Modelo y disputaba contra el Deportivo Quito. En sus ojos de chiquillo se impregnaron con las imágenes de cancha, el graderío lleno, la euforia, los jugadores, tantas cosas que las resume de una manera: "Sentí que ser barcelonista era la gloria".
