martes, 26 de agosto de 2014

Más allá del récord de Don Alfonso*

Don Alfonso se inició en el periodismo radial a los 16 años.
Fotos: Christian Vinueza (Diario EXTRA)
Además de presentador de noticias, fue el galán de la serie Cartas de amor. 

 El comunicador, quien desde los 25 años trabaja en Ecuavisa, no se considera madrugador y disfruta de la música y la poesía. 

 “Pensaba siempre que la televisión era para poco tiempo, pero él mismo me ha desmentido”, confiesa Pablo Alfonso Espinoza de los Monteros, de 72 años, quien es más conocido como Don Alfonso, el rostro de las noticias de Ecuavisa, a las 20:00.
Ha pasado un poco más de una semana desde que la organización Guinness World Records hizo oficial que el quiteño es el presentador de televisión con más tiempo al aire (47 años y 83 días, reconocidos hasta el 22 de mayo de este año) y la emoción continúa en el canal “del Cerro”.
Es jueves, está de paso por Guayaquil y personas de todas las edades lo abordan en los pasillos de la televisora para pedirle fotos o videos con saludos. Él accede con sencillez, a pesar de que en menos de una hora debe partir al aeropuerto para tomar su vuelo hacia la capital.
El tono de su voz es inconfundible, grave y lleno de seriedad, aunque sus ojos azules conservan el brillo que hacía suspirar a las jovencitas de fines de la década de los sesenta. Lleva una camisa a rayas, un pantalón claro y una leva gris, y según él “no está elegante” para las fotos del diario.
El lugar donde habla con EXTRA es el mismo en el que todo comenzó oficialmente, pues -recuerda- ahí se encontraba la oficina de Xavier Alvarado Roca, presidente de Ecuavisa, quien fue el segundo empresario en apostar por un canal de televisión en Guayaquil.

“Xavier me dijo: Alfonso, usted tiene que trabajar con nosotros. Yo no le acepté enseguida porque tenía recelo de alejarme de la radio, que estaba en un buen momento, y tuve unos meses que trabajé en la radio y la televisión como anchor (presentador del noticiero). Pero, en poco menos de un año, fui nombrado director de noticias, que fue un puesto en el que permanecí aproximadamente 35 años, y después pasé a ser vicepresidente de noticias, que es lo que soy actualmente”, relata.
Y es que en 1967, cuando lo llamaron para que haga las pruebas para el “nuevo canal”, él tenía 25 años y trabajaba en radio La Prensa. “La emisora era la primera en periodismo radial porque buscábamos las noticias en las fuentes, procesándolas y transmitiéndolas. Hasta esa época, en la radio y en la televisión se leían periódicos frente a la cámara y frente al micrófono, pero nosotros rompimos eso. Fue una gran experiencia después para mí en la televisión porque aprendimos los conceptos que son básicos y propios de los medios audiovisuales”, explica.

GALÁN DE TV


Don Alfonso tiene ojos azules.
Foto: Christian Vinueza (Diario EXTRA)
Ser pionero en algo abre las puertas a la experimentación. Fue por eso que Don Alfonso fue “todólogo” en los primeros años de Ecuavisa.
“Al inicio, yo tenía todas las funciones: era director, productor, asignador… Yo al principio acaparaba todas las funciones, no porque quería, sino porque éramos pocos y no había, pero estábamos aprendiendo”, manifiesta.
Asimismo, su afición por el cine lo llevó a convertirse en el primer galán de las producciones del canal “del Cerro”.
“Fue una serie llamada Cartas de amor, que transmitíamos los miércoles. Eran dramáticos unitarios de una hora de duración, que se nos ocurrían a Alberto Borges y a mí, porque éramos fanáticos del cine”, cuenta, mientras se sumerge en más detalles de esos años.
Incluso comenta que entre los dos se hacían una broma. "Él me decía: ¡Mi Mastroianni (actor italiano)! Y yo le decía: ¡Mi Fellini (director italiano)!”, dice, antes de soltar una carcajada que se queda trunca al continuar el relato: “No era una novela. Eran distintas historias y yo siempre fui el galán (…) Yo no tenía idea de la actuación, nunca había sido actor, pero creo que tengo cierto… No digamos talento, pero sí facilidad… Aunque me costaba mucho aprender de memoria los libretos, en esa época no había los apuntadores para corregir”.

DETRÁS DE LA PANTALLA 

Por algunas ocasiones durante la entrevista, Don Alfonso
dejó a un lado la seriedad que lo caracteriza.
Foto: Christian Vinueza (Diario EXTRA)
Don Alfonso revela que madrugar no es su fuerte.
“Soy más bien de la rutina nocturna. Soy capaz de quedarme hasta la madrugada haciendo un trabajo, escribiendo o lo que sea. Sin embargo, estuve en el noticiero Contacto directo por más de año y medio. Salí corriendo porque era muy exigente trabajar en la mañana y en la noche”, confiesa, pues se despertaba a las 05:00 y, pese a que regresaba a casa a las 22:00, no podía dormirse antes de la 01:00.
Además del cine, sus dos aficiones más grandes han sido la poesía y la música. Cuenta que en 1965, tuvo en radio La Prensa, un programa de versos llamado El espacio del ensueño, que se emitía todas las noches, a las 22:00. Este gozó de buena sintonía, sin embargo no fue hasta 1997 cuando pudo “sacarse la pica” de grabar un disco leyendo poesía clásica, acompañado de la guitarra de su amigo Eduardo Erazo.
Sus gustos musicales son variados, aunque prefiere “la música vieja” porque él aprendió a cantar con su padre: “Canto boleros, tangos, rancheras, pero también me gusta este género de canción que tiene mensajes bonitos de poesía como Serrat, Sabina, Alberto Cortez, de esa onda”.


 REDES Y MEMES 

La caricatura que le hizo nuestro compañero Adrián Peñaherrera a
Don Alfonso irá directo a su "muro de la vanidad".
Foto: Christian Vinueza (Diario EXTRA)
Como pionero, Don Alfonso sigue incursionando en los avances del periodismo.
Ahora tiene su blog en el sitio web de Ecuavisa y en este espacio “trata de identificarse con las inquietudes del país y los sueños de los ecuatorianos”.
Aunque no está en redes sociales (no tiene cuenta en Facebook ni Twitter), no es ajeno a las “bromitas” que circulan en forma de memes (gráficos con textos). “Dicen que reporté el nacimiento del mundo, cosas así”, expresa.
Sin embargo, reconoce que “ese es el gran riesgo de las redes sociales”, que no se deja afectar por eso y deja abierta la posibilidad de “enredarse” más adelante: “Tal vez voy a tener que meterme en eso en algún rato”. Entre el final de la entrevista y el taxi, la escena se vuelve a repetir: Personas de todas las edades lo saludan y le piden una foto. Sigue siendo un Mastroianni, el eterno galán del cerro.

*Versión original de la entrevista-perfil publicada en Diario EXTRA, de Guayaquil, Ecuador, el miércoles 27 de agosto de 2014.

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