lunes, 15 de octubre de 2012

La conquista de una ilustre reconocida


(Mayo, 2011)

Una tenue luz apenas perturba la penumbra. Junto al cortinaje de fondo hay un objeto iluminado que la miopía impide descifrar. Pronto, la oscuridad devora al medio centenar de personas que asistimos esta noche a disfrutar del teatro en la Casa Arawa. Un reflector amarillo nos devuelve algo de visión para observar una cabellera de fuego flamear en el escenario. Itzel Cuevas es la única sobre el tablado. Tiene la mirada perdida como la de un náufrago explorando el horizonte en busca de tierra nueva. Somos la isla desconocida que conquistará esta noche.

El retratista de Killcity


(Mayo, 2011)

Jaén es Barricaña, las putas en la 18, una portada del Extra de los lunes, un remix de Viejo Napo y Artieda, Guayakill city a punto de reventar como piñata. De sus manos han salido más de dos mil garabatos, monstruos y abominaciones que solo pretenden documentar la parte oscura de la ciudad. Lo que todos ven, pero nadie aprecia.

Provocador más que soez. Su imperativo es pintar algo de oposición. Y lo ha conseguido… Se ha enfrentado a la censura en diversas ocasiones.  Chinomonolongo fue vetada por la Universidad Católica en agosto de 2009; mientras que Entre lagartos, locos y poetas, no fue admitida en la Casona Universitaria debido a su ‘contenido agresivo’.

“He sido artista toda la eternidad”


(Agosto, 2011)

Dicen que de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco; y Manuel Ugarte Ascencio lo tiene todo para cumplir a cabalidad con estos tres requisitos. Con su pincel, compone sinfonías de colores que hablan del ser, el universo y la energía. Tiene un look entre gurú, hippie y genio que le impide pasar inadvertido. Aunque, a decir verdad, sus vecinos ya estamos acostumbrados a verlo con su barba blanca trenzada, sus sombreros y una especie de rosario usado para cantar mantras –llamado ‘mapala’– guindando de su cuello mientras va a comprar pan.  

Desde hace seis años vive en Padre Aguirre 322 y Córdova, en un modesto ramal a tan solo una cuadra de la turística y noctámbula zona rosa. Junto con su esposa, Lida Yánez, mantienen el Museo-Taller y Galería Ugarte, que funciona de siete a siete en el mismo lugar que les sirve de vivienda. Da la impresión de ser un pequeño santuario donde conviven en simbiosis perfecta el arte y la naturaleza. El espeso verde amenaza con devorar los cuadros a medio terminar, las esculturas y su vasta colección de coloridas mapalas, pero se detiene para complementarlos en una especie de equilibrio metafísico.