DOS TRABAJADORAS SEXUALES RELATAN CÓMO FUE EL DÍA QUE SE CONVIRTIERON EN OTRA, PARA “ALQUILAR” SUS CUERPOS.
Viviana lleva dos semanas como sexoservidora y Rosa, dos años; pero ambas lloraron y se sintieron morir” el día en que se iniciaron en el oficio.
Lucero Llanos, Guayaquil
Miedo. Nervios.Vergüenza. Harta vergüenza.
Viviana (nombre protegido) sentía que estaba al borde de un peñón, del que una vez que saltara era imposible no resultar lastimada. Pero saltó. Lo hizo por sus hijos.
Desde hace dos semanas se dedica a la prostitución, ese oficio que por milenios ha sido señalado como“vida fácil” o “alegre”, aunque de eso no tenga nada.
Ese día, la mujer de 23 años, baja de estatura y cabello oscuro, partió hacia Babahoyo para su primer día de trabajo.Al llegar al chongo, guardó a Viviana entre sus pertenencias y se arropó con “Teresa”, su nueva identidad.