"Creo que no podría acostumbrarme a perder el olor de una redacción, dice.
¿A qué huele?, pregunta ella.
Bueno, antes olía a pucho, mucho pucho, a papel y tinta de las impresoras;
hoy ya no sé, pero es como si ese olor que tuvo se hubiera quedado ahí
para siempre"
Claudia Piñeiro
Betibú
Betibú
Su cenicero sigue erguido en esa esquina que a fuerza de carácter supo ganarse, esperando que salga con sus inseparables Malboro blancos a contarle sus preocupaciones.
Cuando leía Betibú la semana anterior de su partida, tuve la impresión de que la vereda a la que salía Jaime Brena a fumar quedaba en el segundo piso de aquel vetusto centro comercial donde solo funcionan oficinas. Me preguntaba, también, si el medio para el que trabajamos tiene algo, poco o mucho, del El Tribuno; y si yo, por mi edad, correspondo a la generación del pibe de Policiales y por tanto, comparto algunos de sus defectos.